Los desarrolladores de Ethereum acordaron el viernes cómo retrasar una “bomba de dificultad” que, de dejarse desatendida, podría comenzar a ralentizar la red Ethereum este verano. La bomba de dificultad es un código antiguo que hace que la minería en Ethereum sea más lenta y menos rentable con el tiempo, al aumentar exponencialmente el retraso entre la producción de cada bloque. En este sentido, la bomba fue colocada en 2015 como forma de incentivar a los desarrolladores a crear e implementar Ethereum 2.0.
La nueva actualización de Ethereum cambia la red de Proof-of-Work (PoW), una forma de validar transacciones con potentes computadores de minería, a una de Proof-of-Stake (PoS) que recompensa a quienes donan monedas a la red.
En este momento, extraer un bloque de Ethereum cuesta un promedio de trece segundos. Sin retrasar la bomba, antes de finalizar el año, validar un bloque completo podría costar más de veinte segundos.
El pasado viernes, James Hancock propuso un cálculo del retraso en Twitter: “la bomba siempre está ahí, y la desactivamos retrocediendo el tiempo de bloqueo solo para la bomba”, explicó. La propuesta de Hancock retrasa la bomba en 9.700.000 bloques.
Sin embargo, los desarrolladores han rechazado la propuesta de retrasar la bomba, ya que confían que la actualización de Ethereum 2.0 llegue en diciembre, lo que permitirá a Ethereum 1.0 comunicarse con la nueva versión, una actividad que se llama “Merge”.
“If the Merge is ready by December, we won’t need to do anything about the bomb because we will move away from mining entirely”, dijo Tim Beiko, uno de los desarrolladores principales de Ethereum.
En caso de que los planes para la Merge sigan sin implementarse, la fork de Shanghai de Ethereum, que se espera que entre en funcionamiento en octubre, retrasará la bomba de dificultad una vez más. En este sentido, la bomba ha sido retrasada ya en tres ocasiones: la primera en octubre de 2017, la segunda en febrero de 2019 y la última en enero de 2020.
Fuente: Decrypt.co