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Todo lo que necesitas saber sobre la Web 3

Web 3 portada

Si nunca te has parado a pensar en cómo funciona Internet y en cómo ha evolucionado con el tiempo, es posible que el significado de Web 3.0 te resulte un concepto algo confuso.

El camino hacia la Web 3.0 comienza con la Web 1.0, y nuestra interacción con Internet y su evolución se puede comparar a una relación romántica.

Imaginemos una historia de amor en la que a Alex le gusta María, pero desde la distancia. Al principio, él la idealiza, pero su interacción es como una autopista de un solo sentido, ya que Alex no recibe ningún comentario real de María y no llega a conocerla mejor, pues las interacciones con ella no son recíprocas.

Así era la primera forma de Internet, que fue popular en la década de los 90, la Web 1.0, también conocida como Web Estática, porque solo ofrecía una colección de páginas en línea que ofrecían acceso a una cantidad limitada de información.

Se podía acceder a ellas como en un archivo, pero sin posibilidad de interacción directa, sin modificaciones disponibles y sin posibilidad de recibir respuestas a preguntas complejas. Básicamente, en la web 1.0, las páginas web se creaban para consumir información y se ejecutaba en costosos servidores. 

Pero volvamos a nuestra historia, al momento en el que María, por fin, presta atención a Alex. Entonces, los dos inician una relación, Alex finalmente empieza a recibir información de María en tiempo real, y ella participa activamente en la relación.

Así es como apareció la Web 2.0 a finales de la década de los 90. De esta forma, Internet se convirtió en un entorno interactivo, en el que los usuarios podían hacer preguntas, interactuar directamente con los datos en línea y modificarlos en tiempo real al tiempo que recibían mejores y más variadas respuestas.

Los teléfonos móviles, la socialización y la nube fueron los tres elementos que constituyeron la base de esta nueva web, conocida como Web Social. El mejor ejemplo es el desarrollo de plataformas como Facebook y YouTube. Esto permitió a los usuarios crear su propio contenido, mientras que la distribución de datos entre plataformas y aplicaciones también se hizo posible. 

Aún así, existe una desventaja, como el marketing agresivo o el hecho de que las plataformas de redes sociales comparten o venden los datos personales de sus usuarios a terceros. 

Esperamos que no te hayas olvidado de Alex y María, porque su relación está a punto de volverse mucho más cercana. Han aprendido a conocerse y después de un tiempo ya saben lo que piensa el otro sin tener que dar demasiadas explicaciones. Al principio, es agradable y útil saber que alguien querido puede leer tus pensamientos. Sin embargo, con el tiempo, este tipo de conocimiento puede volverse molesto, ya que ambas partes pueden sentir que no tienen intimidad ni el privilegio de que sus pensamientos sean confidenciales.

Por tanto, lo que debería ofrecer la Web 3.0 es un medio en el que el usuario pueda encontrar exactamente la información que busca en el menor tiempo posible.

Esto sería posible si la Web 3.0 actuara como asistente personal, aprendiera con el tiempo y supiera mejor cómo leer un requisito o una pregunta utilizando un algoritmo basado en inteligencia artificial. Al mismo tiempo, la asociación con la tecnología de contabilidad distribuida y con blockchains debería permitir a la Web 3.0 mantener en secreto todos los datos personales del usuario, permitiendo que la persona controle sus propios derechos.

En un nivel práctico, la Web 3.0 debería aprender cómo piensa y qué piensa un usuario cuando accede a Internet.

¿Qué es la Web 3.0?

La generación actual de Internet cambió considerablemente las cosas, pero tiene sus desventajas, como la centralización, la vigilancia de la población y el marketing agresivo.

Aquí es donde entra la Web 3.0.

La tercera generación de Internet apunta a ser más abierta, más inteligente y descentralizada. La web descentralizada debería convertirse en el lugar donde los datos estén interconectados y, al mismo tiempo, mantener la confidencialidad.

Los servicios y aplicaciones de Internet serían atendidos por tecnología de contabilidad distribuida, siendo la más común la cadena de bloques.

La IA y los algoritmos de aprendizaje automático también jugarían un papel fundamental. Su objetivo es ofrecer a los usuarios información que necesitan más rápido. Es por eso que la Web 3.0 también se conoce como la Web Semántica.

Los sitios web que utilizan IA deben poder filtrar los datos disponibles y presentar al usuario la información que considere adecuada.

El objetivo es que la IA permita que el sistema interprete el significado detrás de los datos, también conocido como la semántica, ofreciendo así una experiencia personalizada.

Las ventajas de la Web 3.0

Ya se han dado los primeros pasos hacia la Web 3.0, con la infraestructura y las plataformas de aplicaciones descentralizadas  y en el centro de atención de muchos desarrolladores y usuarios de Internet. Estos son algunos de los beneficios de Web 3.0, tal como la vemos ahora:

  • Descentralización y confidencialidad: La Web 3.0 no tendrá un punto central de control, lo que eliminaría a los gigantes tecnológicos que centralizan los datos y permitiría a los usuarios recuperar el control de sus datos personales. La descentralización y la tecnología blockchain cambiarán la forma en que se utilizan y monetizan los datos, siendo el usuario el encargado de controlarlos.

Por ejemplo, ¿algunas vez has buscado algo en Internet para luego ver más y más anuncios de productos y servicios de esa categoría? Actualmente, las redes sociales pueden vender tus datos a terceros. Pero, ¿qué pasaría si te permitiera decidir qué y cuántos datos personales estarías dispuesto a compartir? La Web 3.0 debería poder ofrecerte esa libertad.

  • Mayor disponibilidad e interconectividad de la información: En la Web 3.0 estarían disponibles conjuntos de datos más grandes, lo que significa que habría más información que el algoritmo podría analizar simultáneamente. Esto permitiría a los usuarios obtener información más precisa y específica.

Hagamos un inciso para comprender esto mejor: Digamos que deseas ver una película y pedir comida italiana al mismo tiempo. Si la Web 2.0 necesita que hagas varias búsquedas para poder disfrutar de una película y saber dónde encontrar la comida que quieres, la Web 3.0 debería actuar como un asistente personal: solo tienes que decir una oración compleja y te responderá analizando no solo las palabras que has dicho y su orden, sino también su significado.

  • Mayor eficiencia al navegador por Internet: La evolución que hemos experimentado en los últimos años ha hecho que los motores de búsqueda sean más eficientes a la hora de mostrar resultados relevantes. Aún así, algunos de los sistemas utilizados, como los de etiquetado social, aún pueden verse manipulados. Con la ayuda de la Web 3.0 y los algoritmos mejorados, la IA debería poder filtrar incluso los resultados manipulados y ofrecer al usuario respuestas imparciales.
  • Una experiencia de Internet personalizada: Mediante el uso de la semántica en la Web y permitiendo la decodificación del sentido de cada oración mediante el análisis de la información, la Web 3.0 ofrecerá a cada usuario una experiencia en línea personalizada. La web 3.0 puede mejorar la publicidad, ofreciendo a los usuarios anuncios útiles para sus necesidades.

Por ejemplo, cuando vas al supermercado y quieres comprar comida, detergente y varios snacks, en lugar de perder el tiempo siguiendo la lista y agregando todos los productos a tu canasta, un servicio lo hace por ti y trae a casa todo lo que querías comprar.

Conclusiones

Las grandes compañías y las colecciones centralizadas de información han dominado Internet, dejando muy poco control a los propios usuarios. La web 3.0 tiene como objetivo cambiar esta situación, haciendo del individuo un centro de toma de decisiones. 

Los protocolos descentralizados de la Web 3.0 permitirán que las personas se conecten a una nueva generación de Internet. De esta forma, los usuarios disfrutarán de la confidencialidad de sus propios datos pero también controlarán quién puede beneficiarse de ellos.

El uso de un algoritmo de inteligencia artificial también haría que la experiencia fuera más relevante y optimizada para cada usuario.

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